jueves, 5 de marzo de 2009

Hoy el poeta se acordó de vos



viernes, 10 de septiembre de 2004, 07:21 pm
De: "Verónica"
Para: dolores_lola_1969@yahoo.com.ar

Me dijiste que leías nuestros viejos correos. Yo hace mucho no los leo. La ultima y primera vez por cierto, fue cuando las hojas que me entregaste estaban todavía tibias de tus manos y el recuerdo aun muy cerca de mi presente.
Paso mucha agua bajo el puente, paso?
Hoy entonces decidí mirarlos.
Es como leer un guión de una obra que ya viste, es como cuando te cuentan una película que ya miraste. Jajajajajaja.
Cada palabra tuya, cada coma mía, se esforzó el día a día en volver solido y contundente.
Muy poquito tiempo de conocernos, me regalaste una casa, la de las claraboyas azules, el lecho blanco, llena de magnolias y de aromas. Con un fuego siempre ardiente, tu saxo derretido. Y un verso de Baudelaire que querías que te dijera, en horas interminables recostada al mi lado.
Quisiera regar Baudelaire en tus oídos, si mi voz enfatiza tus sentidos, pero este es el medio y tengo una deuda que saldar:

Mi hermana, mi ser,
sueña en el placer
de juntar las vidas en tierra distante,
y en un lento amar
amar y expirar
en aquel país ¡a Ti semejante!
Los húmedos soles
de sus arreboles
mi alma conturban con igual encanto
de tus agoreros
ojos traicioneros
cuando resplandecen a través del llanto.

Allá todo es rítmico, hermoso
y sereno esplendor voluptuoso.

Pulieron los años
suntuosos escaños
que serán la muelle pompa de la estancia
donde los aromas
de exóticas pomas
vagan entre una ambarina fragancia.
La rica techumbre,
la ilímite lumbre
que dan los espejos con magia oriental
hablaran con voces
de incógnitos goces
al alma en su dulce lenguaje natal.

Si querés prender tus velas, llenar el espacio de luz de vainillas, si tu hogar es tibio para recibirme, si aquel disco de pasta sigue sonando. Si todavía sos cuenco para recibirme, manta para abrigarme, lienzo para escribirte. Entonces toma estos versos, mi hermana, mi ser, sueña el placer que tantas veces soñamos.
Invocabas una imagen del poeta entre azulejos, con el pelo mojado, desnudo, embriagado. Y en algún momento entre besos y risas , se me escapo de la piel. Se desnudo ahí en tu cuarto. Mareado de vino blanco, de tus velas, de tus versos, impaciente de tus caricias aun sin fuente, aun sin Goya. Quiso llorar en tu almohada, lágrimas sin razones.
Tus palabras suicidas, que se escapaban al criterio "abrazo al poeta , le doy un beso largo". "Estas volviendo loco al poeta, el no tiene limites", te escribí. "A donde vamos?" me preguntaste. "Masajeo tus omóplatos, tus muslos, tus pies" volví yo. "amo este Nirvana" hasta el cansancio impreso en tus correos.
Yo también Sherlock, Lama.
Ni tocarte, ni darte un beso, ni saber que ahora formas parte de mi mundo. Nada es suficiente para volverte entera. Seguís siendo un alma liquida que se escurre a mi lado. Un puñados de sueños que viaja en la brisa de verano.
Verónica

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