lunes, 30 de marzo de 2009

para que desmaterializarte, disfruta de cada atomo.




lunes, 15 de noviembre de 2004, 12:10 pm
De: "Verónica"
Para: dolores_lola_1969@yahoo.com.ar

Y si realmente no fueras una persona, completa, llena de átomos y moléculas? si solamente fueras un átomo, jajajajaja. Después de todo un átomo es un átomo, forma parte de la célula, la célula forma parte de tus tejidos y si, sos átomo. Sos átomo que se queda y sos átomo que se va en la brisa, átomo que cae a la rejilla de la ducha, átomo que lavan en la peluquería, átomo en la lágrima que cayó sobre el féretro y que yace bajo tierra, y ahí está tu átomo, ahí estas vos, en todos los lugares, porque vos sos átomo.
Quisiera viajar como un átomo! Si viajas en tus átomos?!. Solamente cerrá los ojos y pensá ¿dónde estará ahora ese, mi átomo?
Vamos a ponerle Castor, tu átomo Castor. Castor, el átomo. A ver, repasamos un día de tu átomo.
Castor despertó y somnoliento apenas percibía la luz que se filtraba a través de la persiana. Sintió la adrenalina recorrerlo cuando el primer sorbo de café paso a tu torrente sanguíneo. Átomo caminó por Salguero sintiendo el viento fresco de la mañana primaveral. Deseo que a los chicos les fuera bien en el cole, se sentó en Velvet a mirar el fondo de su segunda taza de café.
Pero algo le faltaba, algo se deshacía entre su cuerpo y el entorno. Átomo sintió que se desprendía, que flotaba, que de pronto era impulsado por una mano invisible, a través de otros tejidos que le eran extraños, posándose sobre verdes llenos de clorofila que le eran ajenos. Y entonces se sintió planta y noto la rigidez del tronco, suya, y miles de insectos caminando sobre él.
La lluvia golpeó fuerte la hoja donde descansaba átomo. Cayo separándose de su lecho, a un torrente de agua y barro. Sintió el olor de la tierra, los minerales fundiéndose en su estructura, sabe que parte de él quedo allí, en ese jardín botánico y que tal vez se encontrara con sus fragmentos algún día, convertidos en prímulas o larvas.
Arrastrado a la alcantarilla perdió la noción del tiempo. Los vahos lo mareaban. Y se durmió mecido por el agua lenta.
Se sobresalto encontrándose perdido en el infinito mar, solo a la vera del sol, viendo pasar los segundos, después las horas.
“Sherpa, sherpa!”- escucho gritar átomo, las aguas lo sacudían contra una piel oscura y arrugada. Que idioma era ese?- pensó átomo.
Casi sin darse cuenta sintió que emergia de esas aguas turbias, adherido a ese cuerpo apergaminado. Miró a su alrededor y vió varias mujeres inclinadas sobre el río sucio lavando trapos, mas allá, una pira de madera y huesos ardiendo en el horizonte. “El Ganges”cayo en la cuenta átomo. Y feliz se estrecho contra aquel cuerpo para recorrer ese otro mundo.
Cuánto calor mazonico! Tenia miedo de que una gota de sudor lo arrastrara y volver al suelo, donde la vida parecía tan aburrida.
Entonces la tierra tembló, átomo sintió que se desprendía, pero entonces otro cuerpo oscuro se apretó contra el que lo albergaba. Átomo quedo prendido de él, la piel era firme y tersa y a juzgar por lo que veía desde su lejana ubicación, pertenecía a un niño.
La vieja que había sido su vehículo, alzó al niño, átomo sintió el calor de sus brazos alrededor suyo.
“que paso abuela!”-“que paso?”- repetía entre sollozos la voz infantil.
“que maravilla”pensó átomo, al formar parte de otras estructuras, entendía su lengua y una torrente de pensamientos de aquel niño se derramaba sobre él.
“Siete serpientes comparten la labor de vigilar las siete secciones inferiores del Cielo. Ellas siete deben también turnarse para sostener la Tierra. Cuando intercambian funciones, la gente de la Tierra siente que tiembla.”- dijo la voz envejecida y profunda.
El niño se estremeció entre los brazos de la anciana y átomo sintió su alivio. “Ya esta, ya otra serpiente sostiene la tierra, ya pasó ” pensaba el niño, y átomo, guardaba cada sentimiento en su genética.
Sopló el monzón y átomo se sintió triste al separarse de ese niño y de su sabia abuela. Sintió que viajaba por miles de kilómetros, a veces flotando en el aire, a veces montado en una nube, a veces en el ala de una gaviota.
Cayo sobre una superficie, lisa, brillante, clara. “Una mesa de madera” -pensó átomo-“ Ya la conozco”.
Lola tomó la taza de té entre sus dedos, y apenas al rozar el plato, átomo volvió a quedar adherido a su piel.
“Mama”-pregunto Ezequiel mientras hacia la tarea- “que son los terremotos?”
Sin pensarlo siquiera, ella respondió “Siete serpientes comparten la labor de vigilar las siete secciones inferiores del Cielo. Ellas siete deben también turnarse para sostener la Tierra. Cuando intercambian funciones, la gente de la Tierra siente que tiembla.”-
Otra vez el calor de su piel, otra vez ese perfume familiar. Átomo se agarro fuerte, siempre es bueno volver a casa.
Verónica

1 comentario:

Lola y veronik dijo...

Genial la vida de este atomo...donde andará ahora?
Lo escribí hace tanto que ya me había olvidado...
Veronik.