jueves, 31 de julio de 2008

Sorpresa




Fecha: Thu, 6 May 2004 16:53:24 -0300 (ART)
De: "Lola"

dolores_lola_1969@yahoo.com.ar
Asunto: Sorpresa
A: "Verónica"


Voy hacia nuestra casa a prepararlo todo.
Cada detalle cuidadosamente
Para mimarlo y para enroscarnos.
Nos espera un día esperado.

Saco el cerrojo, abro los postigos para que entre el
sol, salgo al patio y saludo y me refresco en nuestra
fuente barroca. Hoy el agua está clara.
Traje algunas cosas que hacían falta, objetos para ir dejando
La casa está alegre curiosamente. Hay un brillo
especial en sus paredes de piedra.
Compré un aerosol rojo y uno blanco y voy a escribir
algunas frases de bienvenida.
Después podremos dibujar juntos en el piso y será
divertido, pensé
Pongo velas exageradas y coloridas. Muchas. Cientos.
Pero de un solo olor hoy: Sándalo. No me gusta que se
mezclen los olores porque queda indefinido. Indefinido
no me gusta. El olor a sándalo es un olor a recuerdo
para mi, y mi naturaleza nostálgica se regodea y se
revuelca. Antes de ir a buscarlo debo primero abrir
todos mis poros, encerrar la realidad en un frasquito,
y dejar el alma al aire. Los recuerdos hacen eso a
veces, me desmaterializan y recuperan mi esencia. Por
eso elijo sándalo.
Para beber esta vez será tequila, un sabor fuerte que
da golpe al cerebro, así lo aletargamos y dejamos de
pensar un rato. Tequila con mucho limón y un toque de
sal. Imagino si podré emborracharlo y me río fuerte.
Traje un cuadro de Goya en su época oscura ...
“Saturno devorando a su hijo” para que no todo sea tan
luminoso. Necesitamos algo de oscuridad para dejar
salir lo oscuro. Si no, no me puedo entregar del todo.
Lo cuelgo y me hace feliz.
Reparto otros detalles, ceniceros de vidrio violeta,
copas de cristal, libros, mas libros, pañuelos de gasa
para jugar, papeles en blanco y papeles escritos, una
tortuga verde de mentira porque me gusta, un vestido
largo con espejos naranjas, algunos discos de los que
aún no me decido cuál, un jabón de coco, mi lata de
figuritas, una foto de cuando era chiquita, una
estampita, las cartas del Tarot, algo de desorden y
tormento, un poco de Atenea y mucho de Venus-Afrodita.
Por último cambio mi ropa y me descalzo. Me despojo de
adornos y me dejo neutra.
Todo está pronto.

(Ahora, Verónica, te pido que leas lo que sigue con los
ojos cerrados y el alma abierta, que no pienses y que
sólo sientas.)

Voy a buscarlo.
Lo tomo de la mano y lo conduzco.
La casa ahora está en penumbras, sólo a la luz de las
velas.
Ya no tiene importancia si es de día o de noche. El
tiempo, otra vez, se ha detenido aquí.
El recorre todo con su mirada y a mi me gusta mirarlo
mirar. Se sonríe. Camina elevado un trecho pequeño del
piso, como un ángel sin alas. Lo sigo despacio siempre
tomada de su mano. Encuentra sabiamente todos los
detalles y me lo hace notar con inclinaciones y
vaivenes. Sus actitudes me hacen amarlo en infinito.
Se detiene frente al cuadro, me toma por los hombros y
me besa un beso largo en la boca. Cierro los ojos y me
hundo. Me caigo en un precipicio, asomada apenas a la
cornisa de su alma me lanzo y me aguarda un mar
profundo. Nado a tientas, no se si nado o vuelo, sólo
sé que no es en este mundo. Me suelta y respira
profundo. No habla pero no es necesario.
El también trajo cosas para dejar, trajo algunos
libros de poesía, unas acuarelas, una caja azul
cerrada, pastillas de anís, un cactus para el patio y
una foto de Verónica
Me gusta tanto estar con él.
Vamos a jugar a un juego. Uno de preguntas y
respuestas. Pero lo vamos a condimentar un poco más.
Yo pregunto primero y él no responde. Se supone que
debo adivinar. Y adivino. Después pregunta él y yo
debo responder. A estas alturas ya puede leerme sin
que mueva los labios. Así nos vamos enterando los
motivos. Así comprendemos todo lo que sucede. Y las
preguntas se pueden tocar y las respuestas se pueden
oler. Me toca los sentimientos con sus manos largas y
yo tengo su corazón acá entre mis dedos, lo siento
latir desnudo, lo beso y me lo poso en la mejilla. Se
siente suave y retorcido. Cuando las preguntas o las
respuestas me hacen llorar me bebe. Inventa un
escenario y corre el telón para aparecerse histriónico
sobre esas tablas, va de bufón a verdugo, de esclavo a
mártir, puede ser la parca o la fortuna, una pitonisa
enloquecida o el mas ingenuo de los príncipes. Así me
voy balanceando entre sus más diversas
interpretaciones, mirando absorta como maneja mis
hilos y así quedo, como una marioneta a la buena del
destino. Él sabe hacerlo como nadie. El sabe
desintegrarme con una ternura exquisita y sin vacilar.
Mis pedazos repartidos toman vida propia para que los
disfrute y derroche. Toma del amor con el mismo placer
que del horror. Y no le importa si abre puertas
secretas o si hay algún guardia custodiando. Para el
no hay límites. Y yo no discuto.
Que sabio y estratega juego, logró dejarme nuevamente
en la nada.

Ahora, cebado por mi aturdida confusión, se aleja de
mis pedazos para ir a recostarse en la alfombra
blanca. Se desnuda y pinta un punto rojo en su pecho.
Abre el pecho y canta una ópera aguda y dramática.
Suena a guerra, a despedida, a muerte. Pero no, es un
canto de amor abandonado. Un deseo punzante y una
herida.
Yo lentamente logro incorporarme, salgo de mi
parálisis y su voz me fortalece.

El no me ve. Está profundamente inmerso en su goce.
Aprovecho esos momentos para deleitarlo. Sirvo el
tequila y el limón.
Sé que le gusta.
Me siento frente a él en la alfombra, me desnudo y
pinta un punto rojo en mi pecho.
Se ríe a carcajadas. Revuelve mi pelo. Fumamos un
cigarrillo compartido.
Y otro más. Otro cigarrillo y más tequila. Mas risa.
Mas pelo. Más.
Hace un gesto enérgico y perverso. Se pone de pie
elástico y firme. Me levanta de los brazos y me
abraza. Mis piernas rodean su cintura y los puntos
rojos se superponen. Me hace doler un dolor
penetrante. Tira con fuerza de mi pelo y obliga un
grito. Todo lo que viene después ya no puedo
explicarlo. Son miles de imágenes sucediéndose
desordenadas y furiosas. Me duele. Me ahogo. Es
cercano a la muerte y lo más vital que experimenté en
mi vida entera. Juega hasta el delicado límite de la
locura. No sé si tengo conciencia. Estoy vencida.
Estoy exuberante. No me da tregua y no le doy respiro.
Desde algún túnel me llegan palabras sueltas, que
seguramente él pronuncia aunque yo no pueda verlo, ya
no tengo ojos ni oídos, todo lo que siento viene de
lejos, con un eco animal.
Se me aparecen dragones alados mezclados con niños
jugando a la rayuela. Veo a mis muertos tomando el té
en un jardín verde. Me veo llorando y escribiendo a
oscuras. Todo esto en el medio de un éxtasis húmedo y
amarillo. Así es el final del amor con él. Intenso
como una pesadilla. Tan propio como ajeno. Tan
inverosímil como real. Demasiado para describirlo en
este lenguaje.

...

Segundos después, me desplomo con la cara curvada en
una sonrisa lánguida.
El desaparece.
Me recobro y lo busco.
Está en el patio, sumergido en la fuente. El agua se
vuelve azul oscuro y brillante.
Lo veo desde la ventana y se me resbala una lágrima.
Es tan lúdico y tan extravagante que no puedo menos
que amarlo.

Entra a la casa con actitud desentendida y distendida
mojado en azul.
Me fascina
Me encandila
No puedo dejar de mirarlo atónita.
Como un duende se para sobre la mesa de piedra y
recita un poema que trajo para mi
Se vuelve romántico y cariñoso y me acaricia.
Nos bañamos juntos con el jabón de coco, me cuenta
historias mitológicas con lujo de detalles, le tiro
las cartas y el único futuro que puedo predecirle es
impredecible, corremos, comemos, volvemos a amarnos
varias veces, pasan las horas, los días, quizás los
meses, ya no lo sé. Es el todo redondo e infinito. Es
único.

Dejo acá impresa la huella de este loco amor.
Para vos.
Sólo para vos.

No sé si esta vez podré volver a tener una vida
cotidiana después. Ya no.
No podré jamás olvidar este día.
No podré jamás despedirme de él.
No podré jamás disimular y decir que no lo conocí.
No podré jamás dejar de buscarlo para llevarlo de la
mano a nuestra casa.

Gracias
En pedazos pero mas entera que nunca, me despido con
el mayor de mis respetos, saludando con una reverencia
a este ser sublime que hace que esto sea posible.
Gracias
Lola

No hay comentarios: